martes, 19 de octubre de 2010

TV en 3D: las alternativas sin gafas

Por el momento la mayoría de las empresas se ha decantado por la televisión en 3D con gafas activas, pese a que los compradores no lo tienen tan claro. Una reciente encuesta entre los espectadores del canal norteamericano C-Span revelaba que la mayoría de ellos disfrutan de la experiencia del cine 3D en las salas comerciales, pero que se sienten ridículos con las gafas en casa. Hay que añadir que prácticamente la mitad de la población mundial tiene algún tipo de defecto visual que se corrige con gafas. El colmo de la incomodidad es llevar unas gafas encima de otras. Por eso, los expertos le auguran un recorrido bastante corto a la tecnología tridimensional con gafas.
Las alternativas están bien claras, hay que llevar a los hogares la imagen en tres dimensiones, pero sin gafas. Hasta no hace mucho, Philips lideraba la tecnología que más posibilidades de futuro tiene frente a las gafas. Se trata del 3D WOWvx. Las pantallas y sobre todo los monitores que lo incorporan, permiten el visionado de imágenes 3D sin necesidad de llevar gafas. Esto se consigue gracias a una capa especial de filtrado colocada en la parte frontal de la pantalla, que permite que cada ojo vea una imagen ligeramente diferente. La unión de ambas imágenes da la sensación de profundidad estereoscópica. La sorpresa llegó en junio del año pasado, cuando la holandesa decidió cerrar la sección dedicada a la tecnología 3D WOWvx, abandonando el desarrollo de los paneles y del software generador de los contenidos 3D.

 



















Casi todas las ofertas de televisores 3D sin gafas  exigen que los espectadores se coloquen en ciertos sitios, y que no se muevan demasiado si no quieren perder la sensación de profundidad. El Instituto Fraunhofer está trabajando en una tecnología que podría solucionar este problema, aunque de momento sólo se aplicará en monitores de ordenador. Su prototipo incluye unos sensores que miden la posición de los ojos, para servir en todo momento las imágenes necesarias para crear la sensación tridimensional. El espectador podrá colocarse dondequiera, sin perder el efecto profundidad. Claro que eso es perfecto cuando se trata de un solo espectador, pero ¿qué ocurre cuando hay dos, o más? Esta es una pregunta para la que los inventores del MP3 aún no tienen respuesta.

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